Según al calendario litúrgico, estamos en tiempo de adviento, tiempo de espera -casulla verde del cura en misa- y de alegría por la cercanía de la Pascua de Navidad, las pascuas más felices en el sentir popular, aunque este año lo serán menos gracias a este Gobierno, que es profundamente católico, aunque ofrece pocas muestras de haber entendido correctamente el Evangelio.
Y cuando se acercan esas fechas, en montones de hogares llega el momento de montar los belenes, nacimientos o pesebres, y los niños pasan revista a la minúscula sociedad de figuras de barro para ir completando las que faltan o sustituyendo las que quedaron mutiladas el año pasado.