EL JURAMENTO DE HIPÓCRATES


Por Luis Azcárate Diz
Quizá el Sr. González ignore que los médicos y por extensión todo el cuerpo sanitario –también el de la Comunidad de Madrid- están obligados, en virtud del juramento de Hipócrates o hipocrático, a defender a los enfermos y a curarles, es eso lo que está haciendo el servicio  sanitario madrileño, en forma ejemplar,ya desde hace meses y que ha llegado a los acontecimientos que se conocen. Acabar, privatizándola, con la asistencia médica nacional, puede ser, lo es sin duda, un buen negocio para las empresas privadas, pero es un mal negocio para los madrileños y el Sr. González tiene la obligación de defender los intereses de los madrileños. Se alega que la privatización es un ahorro de unos 200 millones. Pero eso no es, en verdad lo que interesa, los médicos han hecho propuestas con un mayor ahorro, lo que interesa es el negocio que puede proporcionar la privatización del servicio sanitario. Eso es también parar las actividades de investigación que grupos de profesionales desarrollan.

Un médico amigo me ha enviado un vídeo que explica todo ello. Transcribo su link, para que sea visto y escuchado. Está hecho por los mismos profesionales de un hospital madrileño.


* Luis Azcárate Diz es ingeniero. Durante el exilio fue partícipe en poner sus conocimientos al servicio de los pueblos. Fue diseñador de La libertadora en Cuba. Hoy cumplidos los noventa años y casi ciego sigue como ciberactivista, bombardeando a sus amigos con sus oportunos comentarios.  

TELEMADRID: EL EXPOLIO DE UN SERVICIO

Un vídeo didáctico sobre como hundir lo público: primero lo exprimes en beneficio de los amiguetes y después dices que lo público no funciona.


IZQUIERDA UNIDA: UNA ASAMBLEA DE FRENTE


Rubén Fernández y José Mendi *

Se desarrolla este Congreso en un ambiente social de protesta y contestación ciudadana a las políticas del Partido Popular y también en una situación de retroceso institucional y de credibilidad de las izquierdas en nuestro país. Pero estas contradicciones llegan para lo bueno y lo malo a la propia IU. Una formación que ocupa un espacio imprescindible de transformación y representación en la izquierda y que, al mismo tiempo, no es capaz de ampliarlo a pesar de las facilidades que organizaciones como el PSOE le han cedido en  sus etapas de gobierno y de oposición. ¿Por qué si somos tan buenos y necesarios no somos más ni llegamos a más? Esa es la pregunta a la que deberíamos responder y respondernos en este cónclave. En primer lugar debemos saber si el instrumento es el adecuado y, en segundo lugar, si el contenido es el idóneo para esa herramienta llamada Izquierda Unida. Hoy están en cuestión todos los mecanismos de participación. Podríamos afirmar que se duda más del sistema de representación que del sustrato ideológico que se sustenta en este sistema. Esa “indignación” de la ciudadanía con, o mejor dicho, contra la política tiene un caldo de cultivo favorable en la desilusión por las promesas deshechas (“no nos falles”…) y en la demagogia populista que de la mano de la derecha impregna los tejidos progresistas (críticas a los políticos, su dedicación, los sindicatos de clase etc.). Condiciones que en momentos convulsos de crisis social, económica y cultural tienden a favorecer salidas no democráticas que sólo benefician a la derecha. Una derecha que aprovecha esta situación para desviar la atención sobre la raíz del problema para así recortar los derechos y las conquistas sociales que con tanto esfuerzo nos ganamos en la calle y en las instituciones. Por eso una primera e imprescindible tarea de esta Asamblea es la reivindicación de la política. Pero también de la sociedad civil, de los sindicatos de clase, de las instituciones y, en definitiva, de la democracia. Los avances sociales de la izquierda se han hecho caminando juntos en la calle y en las instituciones. Hoy esa andadura común es más fácil gracias a la comunicación y, en particular, a la Red con su enorme potencial.

EL DÍA DE LA CONSTITUCIÓN MUTILADA


José Manuel Roca

En un ambiente de pesimismo y con más pena que gloria se ha celebrado el 34º aniversario del referéndum constitucional. La habitual jornada de puerta abiertas del Congreso, en la que el presidente del Congreso y otros diputados recibían la visita de los ciudadanos, ha sido suspendida alegando la ejecución de unas obras pero, en verdad, detrás de la decisión está la mala conciencia del Gobierno, que temía que algún visitante espetase lo que piensa a sus señorías, en particular a quienes apoyan sus antipopulares medidas, o que algunos o muchos visitantes decidieran no salir de la cámara baja una vez que estaban dentro y okuparan el templo de la democracia ante la impotencia de sus sacristanes.
La visita se ha derivado hacia esa cámara inútil pero onerosa, que es el Senado, donde Gobierno atendió a los invitados en el Salón de los Pasos Perdidos (de las ideas agotadas, de las promesas incumplidas y de los proyectos extraviados). La medida está a tono con el clima imperante: el Congreso sigue rodeado de vallas para mostrar con ese ampliable perímetro de seguridad el temor del Gobierno respecto al pueblo soberano, y dentro de la cámara el presidente sigue ausente, el debate orillado, el diálogo rechazado y el Ejecutivo sigue utilizando el decreto como forma preferente para gobernar. Signos de los tiempos. 

Rajoy ha dicho que la Constitución no se toca. Cumple órdenes; Aznar la congeló hace años. El texto está formalmente hibernado, pero cada semana se derogan artículos a golpe de decreto; cada semana se mutilan un poco más los derechos de los ciudadanos. A este paso, cuando acabe la legislatura la Constitución ocupará un par de folios y tendrá como preámbulo la modificación del artículo 135, que dice: Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta.

DOS DRAMÁTICOS AÑOS DE MAREAR LA PERDIZ

Daniel Cohn Bendit realizó en mayo de 2010 una apasionada intervención en el parlamento europeo sobre la crisis griega y las insoportables exigencias al pueblo griego. Lamentablemente sigue vigente. Los cuatro meses de marear la perdiz se han convertido en dos años.

Muchos meses han pasado, incluso tantos que la mirada -quizá avergonzada- de Diego López Garrido hoy sería otra, menos cómplice.

Lo que era una crisis griega se ha convertido es una epidemia imparable que lleva a la miseria y a sepultar la democracia. El vídeo no ha perdido nada de actualidad. Un alemán es el que habla. No todos son iguales.




ANALIZANDO A LA OTRA IZQUIERDA EUROPEA

Por su interés, enlazamos en esta web del colectivo ecosocialista Red Verde, dos artículos publicados en la revista digital Sin Permiso.



HAY ALTERNATIVAS


La dinámica recorte/caída de la demanda lleva al desastre. Cada vez más pobreza, cada vez menos democracia. Cada día más desprestigio de la política y de los políticos, justo  cuando más necesaria es la política y  mayor la urgencia de políticos dignos. Esta perversa espiral que conduce al abismo necesita romperse.

Reconstruir la esperanza y la alternativa no solo necesita de la heroica resistencia de quienes hora a hora se reivindican como ciudadanos, también son imprescindibles una opción política creíble (y por ello abierta e integradora) y una alternativa seria y viable a la política de las tijeras y la sumisión.

Adjuntamos dos documentos que muestran dos vías posibles y complementarias. Una ha sido elaborada por Vicente Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa, mientras que la otra procede de Antonio Quero.

Navarro - Hay alternativas
Quero - Soluciones justas y eficaces

Coge el dinero y corre



Francisco Javier Vivas. Escritor. 

Gerardo Díaz Ferrán se ha inspirado en la primera película de Woody Allen para rematar sus hazañas empresariales: poner a salvo su capital para simular insolvencia ante sus acreedores (proveedores, trabajadores, Seguridad Social y Agencia Tributaria).

La política necesaria


Necesitamos de la política pero qué difícil es recuperarla. Sentir vergüenza por la mezquindad es del mismo calibre que la indignación por la corrupción. Un momento culminante del último Salvados se produce cuando su presentador, Jordi Evole, entrevista a las portavoces de empleo del PP y PSOE en el Congreso de Diputados sobre qué pueden decirle a un empleado de Azkar recién despedido.